La Recordación Florida es una crónica que combina geografía,
etnografía, historia y paisaje. Combina objetividad con elementos
subjetivos, que ligan al autor a su país, siendo una obra única
histórica que presenta un paisaje de Guatemala, desde la perspectiva
de un criollo, terrateniente. Siendo la tierra su interés, relata
las intrigas, litigios, trámites y sistemas de cultivo, legislación,
normas de trabajo. La obra presenta una “interacción subjetiva”,
que combina diversidad de elementos en un mismo relato, por ejemplo
el relato del viaje de Alvarado a España. Luego, hace un relato del
Volcán de Agua, que destruyó la ciudad de Santiago en el Valle de
Almolonga, haciéndolo ver como monumental y fuente de vida, para la
naturaleza y para el criollo terrateniente.
El problema clave de la tierra en Guatemala es que la mayoría de
ésta se encuentra en pocas manos. Aún más, poca de
esta tierra se trabaja y la gente no tiene donde cultivar. Los
principios de la política agraria colonial se resumen así: primero,
la tierra es propiedad de la Corona, por el señorío
que ésta ejerce en América. Esta es la expresión legal y
significó la apropiación de la tierra conquistada, aboliéndose el
derecho de los americanos. El rey, único propietario de la tierra,
la repartía entre los conquistadores y éstos entre sus soldados,
confirmando este punto el rey. Segundo, la tierra se usó como
aliciente, para motivar las expediciones a América, estando
la Corona imposibilitada para sufragar tales empresas. El territorio
conquistado estaba sujeto a la Corona y ésta premiaba con tierra y
nativos. Tercero, ya con una generación de conquistadores asentados
en América, con tierras, ciudades, familia y descendientes, la
Corona aplicó el principio de “composición de la tierra”,
el cual significó que tierras usurpadas por los criollos se cedían
pagando éstos un valor monetario por ellas. Esto era fuente de
ingresos para España. Este principio se convirtió en un
procedimiento común para hacerse de tierras y propició ingresos
para la Real Hacienda todo el período colonial. Esto favoreció a
los terratenientes, quienes se hicieron de más tierras. Cuarto, la
monarquía expresa su interés en que los indios, y sus pueblos,
tengan suficientes tierras para sus siembras. Ninguna tierra
usurpada a indígenas se admite a composición. Quinto, no era una
ley, pero sí una práctica, la del bloqueo agrario contra los
mestizos, siendo éstos un grupo grande, diferenciado y carente
de recursos y tierras. Esta práctica favoreció el crecimiento de
los latifundios.
Aparece en este punto el tema de las tierras de los indios
que, en la colonia, eran de diversos tipos. En principio, los ejidos
que eran tierras comunes cerca de los pueblos, útiles para extraer
madera, pasto, y debían ser suficientes para el pueblo. Segundo, las
tierras comunes administradas por el Ayuntamiento, útiles para
siembra. Aquí aparecen facciones de indios ricos, afines a la
autoridad, explotadores de otros indios, no sirvientes. Éstos,
junto a algunos ladinos, poseían algunas tierras, pero no en la
proporción de los latifundios y de los terratenientes y era poco
común este hecho. Finalmente, debe reconocerse que el problema
agrario de Guatemala es el de propiedad de tierras, concentrada en
grandes cantidades y pocos propietarios.
En 1,810 se redactó un documento que aportaba datos sobre la
economía y agricultura en Guatemala. Es el punto de vista de los
comerciantes, no dueños de la mayoría de tierra, quienes
señalan que la economía sufría una contracción y que era
necesario elevar la capacidad de compra de indios y ladinos,
explotados y que enriquecían a los criollos. Sugieren facilitar
la tierra a indios y ladinos pobres, mientras la clase criolla se
oponía; ve que el problema agrario en el país es por los
terratenientes. Creen que la tierra ociosa debiera ser vendida a
precio razonable y proponen instalar el trabajo libre asalariado, no
explotación.
Capítulo 5
En la Recordación Florida surgen imágenes de una tierra
amena, fértil y benévola con el hombre, con un paisaje exuberante.
Aquí reluce la imagen de los conquistadores, admirados por
los criollos; a la vez, surge la imagen del aventurero, advenedizo en
busca de fortuna y cierto temor criollo por no creer dominar a todos
los indios. Se ve la imagen de familias acaudaladas, otras menos y
de último, la idea del indio como ser humillado a quien se
le tiene como desconfiado, receloso y holgazán, aunque en todo el
documento se le ve trabajando incansablemente. A la vez, en
este escrito se realza la cultura indígena preconquista y se les ve
como inteligentes, artífices y con mucha cultura. Lo interesante es
que Fuentes cree que la decadencia de la cultura india es “por
la mudanza de las cosas”, sin una explicación razonable.
Otro tema es la combinación de las creencias y rituales indígenas
con las católicas, viéndose que los amotinamientos de los indios
eran más en lugares poco cristianizados. Los indios no adoptaron
como única la religión católica, el paganismo supervivió.
Fuentes tiene la tendencia de desvalorizar al indio; a veces comenta
su fuerza física, el hecho de que han soportado trabajo forzado y
que su vestimenta consistía en calzoncillo y una camisa, la cual
usaban en todo tiempo. Los criollos hacen ver a los indios como
que viven bien en la pobreza y que se les debe obligar a trabajar
arduamente y que son viciosos. Los indígenas hicieron
ver que en algunos pueblos se había abolido el trabajo forzado y
pidieron esto para todo el reino; a la vez, pidieron el trabajo
voluntario y asalariado. Los criollos abogaban por el repartimiento
y arguían que el trabajo asalariado encarecería la mano de obra y
que los indios pedirían mucho dinero. Por ello, perpetuaron el
prejuicio de que el indio es holgazán. Es probable de que la
supuesta haraganería nativa fuera el resultado de su resistencia
a trabajar forzadamente, para producir para el hacendado, a la
vez que debía trabajar para dar tributo al rey, además de su
trabajo para subsistir. Para ello, cultivaban maíz, cacao, chile y
hacían artesanías de manta, lana y petates. Los esclavos negros y
los mestizos estaban libres del tributo, por lo que el indio no tenía
motivación para producir para todos. El indio sólo podía trabajar
en tierras comunales, asignadas para su sustento, y por ello prefería
trabajar con quien pagaba; esto evidencia su esfuerzo laboral. De ahí
la “dejadez” del indígena, que no sentía ningún deseo de
trabajar y no recibir nada a cambio.
Otros prejuicios “menores” fueron que el indio es desconfiado,
malicioso, rechaza los avances de la civilización y que es
abusivo, cuando se le da confianza. Se relata el caso de Fray
Francisco Bravo, que fingió amistad con los indios para conocer un
yacimiento de oro. Finalmente, cuando la población no quiso hablar,
fue atacada de maliciosa y desconfiada, fruto de un potencial abuso
de poder de los criollos. Fuentes aparece a veces como defensor de
los indígenas, en ciertas situaciones, a pesar de que en su
documenta se narran expresiones adversas y de desprecio hacia ellos.
Pero ante todo, su Recordación es fruto de la mente de un
criollo, terrateniente. Se duele de las pestes de viruela y
sarampión que mataron muchos indios, pero por la reducción del
número de estos y la potencial pérdida de encomiendas, que eran
necesarias para sostener el estilo de vida colonial. El encomendador
aparece como defensor de las tierras comunales de los nativos, pero
sólo porque éstas producían el tributo que se daba a la Corona. Se
funde así, diversas opiniones, pero todo desde la perspectiva
criollista, latifundista. De los indios, entonces, se hace
referencia a que practican un sincretismo religioso y que esto se
debe a su resistencia a la plena cristianización. Además que se
resistían al trabajo forzado y gratuito, y que se les podía
contratar por salario bajo y a destajo; además que debía trabajar
para producir para todos: hacendados, frailes, encomendados, rey.