CAPITULO V
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Sociopatía 24. Fenómenos degenerativos Nos hemos enfrentado
con los puntos complejos y de difícil resolución que forman el problema actual
indígena. Para tomar mejor conocimiento de las cuestiones que atañen a la vida
social, precisa saber si los dos grandes grupos en que hemos dividido la
población guatemalteca, avanzan o retroceden, para poner, en este caso, los
medios aconsejados por la ciencia y conjurar el peligro. No vamos a
conformarnos con los que aceptan las predestinaciones que condenan a ciertos
pueblos a la ruina. Sin optimismo que desentonen la temperatura de serenidad
con que estas cuestiones deben tratarse, ni pesimismo que abulten defectos y
empeoren situaciones, nos detendremos a decir algo de la parte que corresponde
al elemento indígena, sobre averiguar si avanza o retrocede. Debe hacerse el
balance de las fuerzas nacionales para dirigir con seguro paso la marcha de
Guatemala hacia el futuro. Si hay energía, más de seguros estaremos satisfechos
de saberlo; y si falta, trataremos de inquirir la causa, y al encontrarla con
todo valor se aplicará el medicamentos que la ataque. ¿El indio mejora o
degenera? Antes de todo debe fijarse lo que se entiende por degeneración en
psiquiatría. La degeneración, consiste en "una desviación enfermiza de un
tipo primitivo". Suponemos, pues, que un tipo primitivo sometido a la
acción de un medio desfavorable para la vida, se desvía en sentido de menos.
Este ejemplo aclarará la cuestión. La generalidad de las plantas para hacer
vida normal necesita de la acción solar; sometida una planta a la obscuridad,
en este medio, se desvía del tipo primitivo en sentido de menos: crece
enfermiza, sus órganos son pobres, realiza sus funciones deficientemente y
muere muy pronto. Sustituyamos la planta por una realidad social y en cambio de
someterla a la obscuridad, sometámosla a la acción deletérea del trópico y el
resultado será el mismo. Aquella realidad social sin alcanzar mayor
florecimiento, hará una vida raquítica, sus órganos (individuo, familia. etc )
sufrirán anemia; y morirá muy pronto. 25. Degeneración física Signos anatómicos
Sin ninguna clase de Estadísticas para ir sobre bases seguras, pueden señalarse
en el indio los caracteres siguientes de degeneración: a) Estrechez
fronto-paríetal (estenocrotafia)
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b) Indice cefálico menor que el normal e) Talla y peso
inferiores a los de otras razas Fuera de estos signos, deben agregarse dedos
supernumerarios, anomalías de ciertos aparatos; bocio Signos fisiológicos a)
Necesidades energéticas muy inferiores a las de las razas europeas y muy
semejantes a las de los habitantes del Congo. b) Eliminación de urea muy
inferior de la de los organismos sanos (28 gramos), (por aquí puede conocerse
el exiguo poder de asimilación del indio, inferior en un 250/o al de las otras
razas) c) Nupcialidad (nada puede decirse, no sólo por falta de estadísticas,
sino también porque entre ellos hay más juntados que casados) d) Natalidad (La
creencia general es que son muy fecundos). Basándose en su fecundidad, se
podrían abrigar esperanzas, sí en el sentir de muchos biólogos la fecundidad de
una raza no fuera, en algunos casos, signo de degeneración (China y comarcas
Malayas) (Los tuberculosos, principalmente, y alcohólicos son muy aptos para la
multiplicación) e) Mortalidad (nada puede decirse a punto cierto, pero a la
fecha la mortalidad ha aumentado en las poblaciones indígenas, lo que se comprueba
preguntando a los que en tales lugares han vivido muchos años) (La mortalidad
infantil es excesiva). Estos signos físicos degenerativos señalan desviaciones
profundas del tipo primitivo en la raza indígena. Signos patológicos (trabajo
que está por hacerse). Previas estadísticas y estudios regionales detallados se
establecerá cuáles son las enfermedades que privan en Guatemala. En conjunto se
enumeran: neumonía, tos ferina, tifo, viruela, disentería, paludismo,
parasitismo intestinal y enfermedades de la piel, como las más frecuentes. La
falta de higiene que en otro lugar tratamos facilita la propagación de las
enfermedades y así es como vemso desaparecer caseríos enteros y extenuarse
pueblos ayer vigorosos. Los indios de tierra fría son o eran más sanos y
fuertes; los casos de longevidad se veían frecuentemente entre ellos; pero se
ha cometido el desacierto que llevarlos a trabajar a las costas en donde
adquirieron las endemias tropicales que a fecha los están aniquilando. La tisis
pulmonar, por otra parte, se ha ido propagando excesivamente, como puede
comprobarse en los hospitales: de esta propagación es responsable en primer
lugar el alcoholismo.
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El estudio de los signos anatómicos, fisiológicos y
patológicos anterior, podría repetirse al tratar de la familia, del municipio y
de la región indígenas. 26. Degeneración psíquica
Es fácil advertir el descenso psíquico en que ha venido el
indio, de cuando formaba la raza indomable que antes de someterse murió en su
mayor parte o huyó a las montañas, que aún sometida peleó bravamente por su
independencia, luchas con relieves heroicos de entonces a hoy jamás igualados,
al estado en que al presente se encuentra, ayer brava, hoy cobarde. Y entre
esos términos, toda una vida dolorosa, angustiada por las espuelas castellanas
que la ensangrentaron los ijares, por los frenos bélicos" que los
conquistadores enterraron en su boca y por los cacaxtes" que no son otra
cosa que aparejos de mula de cargo llevados por un hombre. Los pueblos
indígenas carecen de cohesión, en ellos como en sus individuos, falta el sujeto
social, la persona no existe. Pueblos estancados donde se paga demasiado culto
a las tradiciones absurdas que perpetúan sombras. La falta de estadísticas
criminales nos privan de luz sobre tan importante materia Puede decirse que el
indio en su juicio es más dado al hurto que al delito de sangre, pero que en
estado de ebriedad es terriblemente criminal. Recuérdese además la excesiva
crueldad que muestran para su familia golpean a la mujer bárbaramente, y como a
la mujer a sus acémilas y a sus perros. En rigor de verdad, el indio
psíquicamente reúne signos indudables de degeneración, es fanático, toxicómano
y cruel.
27.
Etiología
Enumerados los signos que traducen la decadencia de la raza
indígena, deben estudiarse las causas a) La alimentación, poco nutritiva y
escasa b)Falta absoluta de higiene e) Excesivo trabajo d) Casamiento prematuro
e) Endemias tropicales f) Enfermedades que, sin ser del medio, han hallado
fácil propagación (sífilis, tuberculosis, etc) g) alcoholismo y chichismo h) La
miseria í) La falta de cruzamiento
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El alcoholismo es el factor que más ha contribuido a señalar
con taras degenerativas al indígena. Sabido es en qué proporción se consume el
aguardiente en las poblaciones, cuya pobreza y abatimiento se ahogan para dar
paso a una alegría huracanada que sopla duramente sobre los últimos escombros
de la vida indígena. No quiero detenerme sobre el hecho de que el Estado de
Guatemala viva de la renta que paga la salud de sus pobladores. Un Estado cuya
organización tiene por base la inmoralidad, está fuera de todo derecho, fuera
de la civilización y comete contra la humanidad el más grave delito. ¿De qué
sirven las leyes que se dan para favorecer al indio, sí por una ley van cientos
de garrafones a minar su organismo?. No es menester detenerse más sobre este
asunto Individuos mal alimentados, que viven sin ningún precepto higiénico en
viviendas sucias, que conservan el cuerpo asqueroso, que trabajan de diez a
once horas diarias en el rudo y fatigante laboreo de la tierra, que beben
enormes cantidades de aguardiente y de chicha, que han vuelto de las costas
anémicos o del servicio militar (puertos y capital) sifilíticos o con
blenorragia; ponen, con números incuestionables, en el balance de Guatemala,
una cantidad de menos que constituye el mayor peligro para la vida nacional.
Súmense a las causas mesológicas enumeradas, las causas originarías, el germen
de regresión vital que hay en las sociedades que han tenido que luchar luengos
años con múltiples factores adversos, y la conclusión es desfavorable. La
miseria indígena no ha dejado a las poblaciones camino de salvación. En la
miseria van viviendo estos grupos de manera aflictiva una existencia que
abochornaría a cualquiera nación y que a nosotros nos tiene muy sin cuidado.
Las poblaciones indígenas dan la sensación de grandes lazaretos, asilos, de
mendigos, cárceles de criminales, antesalas de cementerios, y sobre ellas,
formando cielo, se extiende una atmósfera de aguardiente y chicha, de carne que
se pudre órganos que se asfixian sin conmoverse, en las angustias de una muerte
lenta. Sociedades que presentan anomalías tan profundas en su desarrolío, que
se las ve caminar en sentido de menos, cuyo malestar moral y desconcierto
económico son extremos, sin conciencia jurídica y faltas de salud intelectual y
moral, no pueden ser la base sobre que descanse el futuro de una nación que,
como Guatemala, aspira justamente a caminos de perfeccionamiento que la lleven
a vivir una realidad mejor.
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