reportaje privado final


REPORTAJE LIBRE ACCESO A LA INFORMACION PUBLICA

Todo parecía que el lunes  15 de septiembre iba a terminar como un día agitado luego de presenciar bajo el calor intenso los desfiles del Día de Independencia,  lo único que buscaba la mayoría de la población guatemalteca después de mediodía  era descansar. Mientras tanto, en la sala de redacción del matutino elPeriódico, se efectuaba la última revisión del reportaje de investigación que saldría al día siguiente. Se trataba nada menos que la finca que posee la vicepresidenta Roxana Baldetti.  Ubicada en las altas tierras del municipio de Tecpán, Chimaltenango, valorada en más de Q.25 millones, una cantidad no hubiera ganado ahorrando su sueldo con durante su periodo como vicemandataria ni como ocho años que estuvo de diputada.

Tres semanas atrás, en el mismo medio se había publicado un reportaje sobre una hacienda propiedad del presidente Otto Pérez Molina  en donde evidenciaba que en dicho inmueble tipo señorial, además de acabados en mármol se podía encontrar hipopótamos, aves exóticas y caballos purasangre, todo valorado en Q.2 millones, mismo que se había construido entre el 2011 y 2012, debido a esta publicación la el presidente fue criticado por la sociedad guatemalteca.

Pero esta en esta ocasión la inteligencia del Estado no iba a permitir el mismo impacto negativo obtenido de la publicación de la hacienda de Pérez  Molina. Lograron obtener una copia de la versión impresa del reportaje y con autorización de la vicepresidenta  la tarde de ese lunes la página oficial de la Vicepresidencia hizo  una publicación titulada: “elPeriódico mantiene campaña de desprestigio contra el Gobierno”. Mostraron  las imágenes filtradas del reportaje e indicaron  que la publicación de los bienes del binomio presidencial formaba parte de una campaña de desprestigio dirigida a los mandatarios por José Rubén Zamora, presidente del medio.

Hecha la publicación la noticia corrió como vientos de noviembre sobre las columnas de opinión, medios digitales y redes sociales, donde señalaban que la inteligencia del Estado está infiltrada en los medios de comunicación.  Por lo que el plan de defender a Baldetti sobre un reportaje que aún no había sido publicado falló.  Al día siguiente, como era de esperarse,  la población guatemalteca se enteró del millonario inmueble que la vicepresidenta no quería que se diera a conocer.

Ambos mandatarios  pudieron haber denunciado los reportajes, sin embargo el problema no había comenzado allí. Al poco tiempo he haber tomado posesión el Ejecutivo, en el 2011, los reportajes de elPeriódico sobre las anomalías del gobierno se dieron a conocer, lo cual hizo que tomaran represalias contra  Zamora a tal grado que el binomio presidencial denunció a Zamora por los delitos de coacción, extorsión, desacato a los presidentes de los organismos del Estado y violencia contra la mujer, pero en diciembre del 2013, Pérez y Baldetti retiraron las denuncias hechas contra Zamora con el afán de mantener la libertad de expresión en el país.

Sin embargo, La campaña de desprestigio a través el espionaje repercutió a nivel internacional a tal grado que fue incluido en el informe semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebrado el pasado 12 de octubre en Santiago, Chile. La SIP indica que la libertad de expresión en Guatemala no sólo se ve afectada por la intervención del Estado, también por la violación al libre acceso a la información en muchos casos.

Así como este  caso existen otros donde los periodistas han tenido problemas con los funcionarios, instituciones y municipalidades quienes no quieren entregar informes como demanda la Ley de Acceso a la Información Pública, emitida por el decreto 57-2008.



Según  una publicación hecha por el periódico Prensa Libre el pasado 17 de marzo, evidenció que el 55.76% de las 1,243 instituciones públicas y privadas registradas no cumplen con lo que la ley demanda. En la publicación, Jorge de León Duque,  Procurador de los Derechos Humanos se comprometió a realizar las denuncias respectivas en la Contraloría General de cuentas y el Ministerio Público.El proceso judicial contra estos funcionarios tardará mucho tiempo en resolverse,  mientras tanto, hasta ese entonces, la información tardará en obtenerse.

Información difícil de obtener, difícil de recabar.

Otto Ángel, director de redacción del noticiero del canal Guate Visión, indica que muchas instituciones se ven molestas a entregar información, principalmente  los funcionarios y relacionistas públicos, pues saben que de alguna manera va a perjudicarlos y lo que hacen es que piden una cantidad de tiempo para que retrase la entrega de la información.

En el interior del país se le agrega otro problema a l momento de solicitar la información.  Omar Méndez, corresponsal de un medio escrito de circulación nacional indica que algunos funcionarios incluso desconocen la ley de Acceso a la Información Pública, “a veces cuando uno se acerca a un funcionario y hacemos la petición piensan que nos hacen un favor en darla o en ocasiones se niegan pues indican que solos los altos mandos como ministros pueden otorgarlo.” Este problema sucede debido a que la cobertura en los departamentos se extiende sólo a nivel comunitario y municipalidades en donde no aun no conocen sobre el tema.

Por su parte, los encargados de brindar información pública también ven este trabajo como una tarea difícil realizar. César Alvarado, quien ha trabajado en dos municipalidades del departamento de Escuintla como relacionista público, refirió que en ocasiones es difícil obtener información, pues muchas veces se requiere de una investigación que podría tardar meses o años, ya que algunos registros son tan antiguos que se encuentran deteriorados y no se cuenta con la tecnología para digitalizarla ni con el personal para realizarlo, mientras,  la información que se ha generado durante la administración si puede conseguir, pero lleva un lapso de al menos 10 días para entregar y en el caso que sea difícil de conseguir el plazo se pueda ampliar, tal y como demanda la ley (refiriéndose al artículo 42 de Ley de Acceso a la Información Pública).

Amenazas y autocensura.

Muchos comunicadores, reporteros y periodistas sufren de amenazas de manera directa e indirecta y autocensura por parte del medio al que reportan. Otto Ángel  manifiesta  que el acceso a la información puede  tener reacciones negativas por parte de algunas dependencias, principalmente por aquellas que tienen mucho poder o se sienten que lo tienen. “estoy reporteando algo, me llaman de redacción y me dicen, (sic) ‘mire, no publique, porque se va la pauta’ o ‘no publique porque ya sé dónde está su esposa’.” La primera es por presiones que han llegado debido a que la información está vinculada con los anunciantes del medio; mientras que la segunda, las amenazas suceden a través de llamadas anónimas.

También agrega que en ocasiones los afectados reaccionan de forma positiva ya que en base a la información publicada  toman acciones para mejorar, en el caso de las municipalidades la acción es casi inmediata, pues necesitan quedar bien con la población.

La SIP en su informe de octubre manifiesta que el Estado de Guatemala castiga a los medios quienes no son afines al gobierno en su línea editorial, evidencian que les recortan o prohíben publicidad estatal, además, instan a anunciantes particulares que no pauten publicidad en estos medios, mientras que los medios que no critican  ni investigan al gobierno son beneficiados con  publicidad cuyos costos se contabilizan en millones de quetzales.

Funcionarios sin preparación.

Ana Lucía Blas, directora del departamento de comunicación de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASÍES), indica que el libre acceso a la información es una debilidad del Estado en general, pues hay cierta dificultad en cumplir las peticiones que se realizan ya que en ocasiones han recibido información incompleta, pues en la administración del antiguo gobierno las eliminan según  el partido  político que ocupara el lugar o no den a cabalidad la información solicitada.

Por lo que Blas refirió que es necesaria una Ley de Servicio Civil el cual promueva el perfil de funcionarios que puedan preservar la información y pueda ser consultada por cualquiera ciudadano.

Respuesta por parte del gremio

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Rony Osorio, tercer director de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), indicó que han tenido reuniones con Thelma Aldana, fiscal general del Ministerio Público, para establecer el avance contra 75 denuncias de  agresiones y atropellos a la libertad de información así como la investigación del asesinato de cuatro periodistas del cual existen denuncias.  Aldana prometió agilizar el proceso de las denuncias realizadas en la Fiscalía de Delitos contra los Periodistas, por lo que hay que esperar que sus palabras no se las lleve el viento.

Marco internacional.

Guatemala se encuentra entre los países que más dificultades afronta con el libre acceso a la información pública, así lo describió la SIP, en un comunicado realizado el 22 de octubre  donde manifiesta que junto a naciones como  Argentina, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú y República Dominicana, no cumplen con una política de transparencia de información, por lo que exhorta a los países garantizar la efectividad a través de la educación del ciudadano para conocer los derechos y formas de cómo solicitar información y castigos para aquellos funcionarios y entidades públicas que nieguen información.

A pesar de las amenazas, la autocensura, la falta de interés en una política de información pública transparente, los profesionales de la información del país cada día siguen tras la verdad que no se quiere dar a conocer y esto lo hacen ejerciendo periodismo, profesión que el escritor Gabriel García Márquez definió como: “el mejor  oficio del mundo”.